En nuestro país, el 27.6% de la población peruana –es decir 9 millones 395 mil personas– se encuentra en situación de pobreza. Ese es el preocupante panorama que nos revela el informe técnico “Evolución de la pobreza monetaria 2015-2024”, que hoy ha presentado el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Si bien vemos una mejoría respecto al 2023, con una reducción de 1.4 puntos porcentuales, seguimos todavía lejos de las cifras alcanzadas antes de la pandemia: en el 2019, la pobreza en el Peru llegaba a 20.2%.
5.5% es el porcentaje de pobreza extrema en el Perú en el 2024.
Asimismo, la pobreza extrema del 2024 asciende a 5.5%. Es una muy leve reducción de 0.2 puntos porcentuales respecto al 2023 pero, igualmente, muy lejos del 2.9% alcanzado en el 2019. “Todavía seguimos pagando la factura del fuerte incremento de la pobreza que ocurrió durante la pandemia, en particular el primer año, debido a la prolongada cuarentena y al cierre de las actividades económicas y de los servicios públicos”, sostiene Norma Correa, profesora del Departamento de Ciencias Sociales y directora de la carrera de Antropología de la PUCP.
Si observamos la evolución de la pobreza monetaria en Lima Metropolitana y Callao, notamos que la situación es particularmente alarmante. La capital pasó de 14.2% en el 2019 a 27.6% en el 2024. Por su parte, Callao, en el mismo periodo de tiempo, subió de 14.3% a 33.9%. Esto es demográficamente relevante porque ambos albergan prácticamente un tercio de la población peruana.
Asimismo, hay regiones que siguen estando en los niveles más altos de pobreza en el Perú, como Cajamarca (que lidera la tabla con 45%), Loreto (43%); hacia el sur, encontramos a Puno (39.9%) y Pasco (39%.). En ese sentido, Correa resalta que, aunque a veces se pasa por alto, también hay un cinturón de pobreza en el norte del país. “Esta situación coexiste con la problemática de la pobreza en el sur andino, en la selva rural, así como con la persistencia de la pobreza en contextos indígenas», explica.
Analizándolo más profundamente, la antropóloga especializada en políticas sociales Norma Correa enfatiza que la creciente ola de inseguridad y extorsiones incide en la economía de los hogares peruanos. “Si soy un pequeño emprendedor y tengo que pagar un cupo, me roban o me cae una bala en la pierna, mi capacidad de ejercer actividades económicas queda afectada. En ese sentido, la criminalidad puede impactar negativamente en el acceso a oportunidades económicas de los hogares”, sostiene nuestra profesora.
Norma Correa enfatiza que un robo, una extorsión o un ataque criminal puede hacer que las personas en condición vulnerable pasen a la pobreza y los pobres a la pobreza extrema.
Un indicador que también nos muestra el Informe del INEI es el de las personas en estado vulnerable, quienes estadísticamente no son pobres pero tienen el riesgo de pasar a serlo ante una circunstancia adversa. En Lima Metropolitana y Callao, llegan al 24.5% y alcanzan el punto máximo en la selva con 42.2%. Correa enfatiza que un robo, una extorsión o un ataque criminal puede hacer que las personas en condición vulnerable pasen a la pobreza y los pobres a la pobreza extrema.
¿De qué manera la inestabilidad política que atravesamos actualmente impacta en la economía de nuestro hogar? Para Correa, lo hace de modo crucial. “En primer lugar, a pesar de su importancia, el tema de la pobreza sale muy rápido de agenda ante escándalos o temas coyunturales. Por otro lado, la rotación continua de funcionarios públicos dificulta la continuidad de políticas públicas, su implementación y el monitoreo”, sostiene.
No es posible salir de la pobreza solo con programas sociales. Se requieren intervenciones complementarias en el ámbito económico y productivo, y promover políticas que apunten a la generación de oportunidades y a un cambio sostenible”.
Docente del Departamento de Ciencias Sociales
Un tercer elemento, subraya nuestra docente, es el debilitamiento en los mecanismos de vigilancia de la lucha contra la corrupción. “Esto se relaciona directamente con la manera en que se usan los recursos públicos destinados a la pobreza y el análisis de su efectividad”, resalta.
Nuestra profesora resalta que el Estado peruano tiene expertise en programas sociales dirigidos especialmente al sector rural. Sin embargo, actualmente, la zona urbana tiene 24,8% de pobreza y la rural 39,3%, lo que evidencia que se deben abordar los dos ámbitos territoriales. “La gestión pública, lamentablemente, no cuenta con instrumentos claros y concretos de respuesta a la situación y particularidades de la pobreza urbana”, dice Correa. En la pobreza extrema, el ámbito rural sí sufre claramente un mayor impacto con 15.5%. Lima, por su parte, tiene 3.3% y el resto urbano, 3%.
Si bien los programas sociales para atender a la pobreza, como Juntos, son importantes, Correa enfatiza que no son suficientes. “No es posible salir de la pobreza solo con programas sociales. Se requieren intervenciones complementarias en el ámbito económico y productivo. Asimismo, se deben promover políticas que apunten a la generación de oportunidades y a un cambio sostenible”, añade.
Un aspecto positivo que puede impulsar la mejora económica es el precio de las exportaciones y las positivas perspectivas macroeconómicas de nuestro país. “El reto es aprovechar las mejoras macroeconómicas, y generar políticas públicas más efectivas para impulsar el crecimiento y el clima de inversiones. Asimismo, se debe realizar mejoras en los programas sociales y en los servicios públicos claves en el desarrollo humano, como salud y educación”, subraya Correa.
Además, nuestra profesora resalta que insumos como el informe técnico del INEI son importantes para la academia y los tomadores de decisiones, pues permiten comprender los patrones de pobreza en el Perú y diseñar soluciones efectivas. “Nuestra Universidad ha realizado aportes importantes para la comprensión de la pobreza. Es central fortalecer nuestro aporte en el debate público, así como en la generación de espacios colaborativos con el sector público, sector privado y sociedad civil, orientados a promover la mejora e innovación en las estrategias de superación de la pobreza urbana y rural”, puntualiza nuestra profesora.
También en PuntoEdu: Lee otros temas de Actualidad